El concepto de belleza reducido a las formas del rostro o el cuerpo es una estupidez. Mujeres y hombres, obsesionados por su apariencia física, descuidan lo inmarcesible del ser humano, aquello que los acompaña y embellece de principio a fin, y los hace únicos e irrepetibles. Lo de dentro es lo de fuera, y no a la inversa. La estética y la moda de la época, es sólo vanidad, y el cuerpo un mero envase que se deteriora con el paso del tiempo. Un alma pura, una mirada inteligente y limpia, una mente cultivada y un corazón tierno y generoso, destacan y enamoran más que cualquier “monumento” al uso. No siempre las apariencias engañan, pero si son efímeras. Lo que perdura y prevalece es lo que muchos no saben valorar. Rendimos culto a la imagen, y olvidamos que, tras la fachada se oculta lo valioso –si es que lo hay-, y que no todo es placer y sexualidad, porque el día tiene veinticuatro horas y los fuegos de artificio duran muy poco. Quizá ninguna de las mujeres que han embellecido y endulzado mi vida podrían ganar un concurso de belleza, de no estar yo de presidente del jurado, pero si conquistar el corazón de cualquier hombre y hacerlo feliz. He sido y soy afortunado.
viernes, 4 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
BUENAS NOCHES
Anoche les hablé de cigarras, grillos y luciérnagas. De su
espectáculo nocturno que nos acerca y hermana con la naturaleza, con lo
ancestral. La auténtica poesía emana de esos momentos mágicos en los que,
desprovistos de egoísmos y miserias, nos sentimos parte de un todo infinito y
eterno. En ese escenario la vida y la muerte ejercen su labor inexorable.
Mientras unos nacen, otros mueren, y todos se afanan en alimentarse y
reproducirse. Lo que para nosotros es sólo una noche más, para otros es toda
una vida. Los que amamos los libros, soñamos poder leer un día, en su
totalidad, el más interesante y crucial de todos, aquel en el que Dios o el
Azar explican el porqué de la más diminuta partícula hasta el mayor de los
cuerpos celestes. Ignoro si podremos leerlo, pero algo me dice que está
escrito, y que formamos parte de ese poema universal del que sólo nos son
revelados determinados pasajes. Lo que si tengo claro es que ese texto no lo
leerán mis ojos, y que estas pobres letras que junto a diario son incapaces de
reflejarlo. Pero en cada uno de nosotros hay algo indefinible que nos permite
intuir el más allá. Una vaga esperanza que, en noches como esta, convierte la
fantasía en realidad. Aquello que imagino o sueño, puede o podría ser real. Eso
me basta, y me da fuerzas para seguir viviendo. No necesito ni aspiro a nada más.
martes, 1 de julio de 2014
BUENAS NOCHES
Aunque pueda parecerles raro, nada me inquieta tanto como la
mar en calma. Cuando se revuelve agitada y espumosa, es ella misma, la
reconozco y no la temo. Ahora no sé si está dormida o agazapada, lo cierto es
que apenas se mueve, y lleva horas silenciosa, diría que ensimismada. Nadar o
navegar por esta resplandeciente alfombra de jade resulta tedioso y aburrido.
En verano la tierra se torna áspera, el agua perezosa, y el cielo nocturno se
asemeja al escaparate de una joyería. La naturaleza, tranquila y previsible
como ciertos amores que viven del pasado, reposa y se recrea en su obra. Menos
mal que las luciérnagas, cigarras y grillos, amenizan la noche con su
prodigioso espectáculo de música y danza. Ahora mismo, el bosque está poblado
de náyades y hadas que, a la luz de la luna, siembran ilusiones y sueños. Pues,
ni modo, hoy mis letras no serán la excepción. Ojalá les complazca tanto
leerlas como a mí juntarlas.
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