viernes, 4 de julio de 2014

BUENAS NOCHES

El concepto de belleza reducido a las formas del rostro o el cuerpo es una estupidez. Mujeres y hombres, obsesionados por su apariencia física, descuidan lo inmarcesible del ser humano, aquello que los acompaña y embellece de principio a fin, y los hace únicos e irrepetibles. Lo de dentro es lo de fuera, y no a la inversa. La estética y la moda de la época, es sólo vanidad, y el cuerpo un mero envase que se deteriora con el paso del tiempo. Un alma pura, una mirada inteligente y limpia, una mente cultivada y un corazón tierno y generoso, destacan y enamoran más que cualquier “monumento” al uso. No siempre las apariencias engañan, pero si son efímeras. Lo que perdura y prevalece es lo que muchos no saben valorar. Rendimos culto a la imagen, y olvidamos que, tras la fachada se oculta lo valioso –si es que lo hay-, y que no todo es placer y sexualidad, porque el día tiene veinticuatro horas y los fuegos de artificio duran muy poco. Quizá ninguna de las mujeres que han embellecido y endulzado mi vida podrían ganar un concurso de belleza, de no estar yo de presidente del jurado, pero si conquistar el corazón de cualquier hombre y hacerlo feliz. He sido y soy afortunado. 

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