martes, 31 de marzo de 2015

BUENAS NOCHES


Esto de juntar letras tiene su aquel, y las Musas, cuando se las abandona, se tornan indiferentes y esquivas. Quienes las conocemos bien, sabemos que tras su enfado momentáneo regresan. Por eso sé que esta noche, como no las tengo a mi lado, quienes lean esto notaran su ausencia. En los últimos días he presenciado la despedida del invierno y el regreso de la primavera. Prados alfombrados de flores, el verde y el azul de fondo, las primeras golondrinas que regresan, y el sol y la luna coincidiendo a media tarde en el cielo. Soy incapaz de copiar la poesía escrita con colores y fragancias sobre la húmeda superficie de la tierra. Tras más de medio siglo disfrutando el mismo espectáculo, que siempre me resulta nuevo y sorprendente, he aprendido que, año tras año, el corazón humano sufre crudos inviernos y acaba renaciendo en cálidas primaveras. Como cada uno suele recoger según siembra, y he sembrado algunas ilusiones, aguardo impaciente la cosecha. Espero que esta vez no me la arruinen heladas ni pedriscos. El tiempo lo dirá. 

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