lunes, 15 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Es cierto que cada uno conoce su historia y puede verla en su totalidad. Si aún así es difícil ser objetivo y cuesta entender determinados pasajes, opinar sobre la del otro es una temeridad. Por eso, cuando alguien escribe o habla de sus propias vivencias me limito a leer o a escuchar, y si se trata de un trabajo literario, a valorar lo escrito. Ni sé ni me importan el antes o el después. El escritor o el poeta me ofrece un fragmento, real o imaginario, de vida, y en él es en lo que me debo centrar. El más frecuente de los errores ante un texto o un poema es buscar tras el decorado lo que motivó al autor a escribirlo. Si nos lo revela, bien, y si no, da igual. Aquí todos –y me incluyo- no comentamos sobre la calidad de lo escrito sino sobre la persona y sus sentimientos, cuando eso es precisamente lo que no es opinable ni está sujeto a crítica alguna. Cada uno es como es y siente como siente. Yo no debo enjuiciar a Pepito sino a su obra. Cuando publica algo no me está preguntando ¿qué te parece cómo amo o desamo a esta o aquel? , sino que está compartiendo su personal visión sobre el amor o el desamor, y yo, como lector, puedo enjuiciar si me parece que el fondo y la forma son adecuados, pero sin entrar nunca en el terreno personal que desconozco y no soy quien para enjuiciarlo. De haber vivido en la juventud de Neruda, tras leer su Poema 20 no le habría aconsejado, “no pierdas la esperanza”, “vuelve con ella si aún la quieres”, o “no te preocupes que conocerás a otra que te la haga olvidar”. Me habría roto las manos aplaudiendo y ya está. Capisci?

domingo, 14 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Antes de irme de viaje siempre ordeno mis cosas, mis libros, mis papeles. Lo dejo todo en orden de revista, por si ya no regreso. Que uno está seguro de a dónde quiere ir, no de si va a llegar. Y prevé volver, pero no puede estar seguro de que pueda hacerlo. Lo decía Borges, y es muy cierto, hay personas que no volveremos a ver, lugares en los que hemos estado por última vez, libros que jamás leeremos. Mientras preparo el equipaje noto cierta inquietud en los objetos que pueblan mi mundo. Los muebles, los cuadros, los libros y las figuras se encogen, tiemblan imperceptiblemente, y aún a riesgo de parecer pueril, yo diría que les entristece y atemoriza que los abandone. Cómo explicarles que es sólo por un tiempo, que regresaré pronto, si ni siquiera estoy seguro de eso. En cambio, las personas aceptan que me vaya, y aquellas que me echarán de menos, saben o, mejor dicho, suponen que volveré. Y espero que así sea, porque el bosque no está sólo en la computadora, en mi corazón y en mi cerebro, sino también en la casa y los sitios que frecuento. Una parte me la llevaré conmigo, la otra, en la que está mi olivo, se queda aquí. Ya no le doy más vueltas al asunto, porque si no, me quedo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES

“La eternidad de aquel día
  llevaba una muerte dentro.”
                    Rafael Guillén

Tu amor es eterno mientras lo sientes, y pleno si es correspondido. Lo demás no pasan de ser ilusiones y espejismos que anestesian pero no alimentan. El que ama está, y si no está es porque no amaba lo suficiente. Sobran explicaciones, excusas y pretextos. Quien es incapaz de entregarse por entero, sufrir cuando toca y asumir riesgos, es que se quiere más a si mismo que al otro. Con la mar en calma cualquiera puede pilotar un barco. Los buenos marinos son los que en medio de terribles tormentas salvan la nave y la llevan a puerto. Ser o no ser, sentir o no sentir, sin mentiras, comedias y placebos. Los que creen que venimos a este mundo a ser felices y a disfrutar al máximo en todo momento, no tienen ni idea de lo que es vivir ni son de fiar. Se engañan y engañan todo el tiempo. Aquí venimos a luchar, a sacrificarnos y a dejarnos la piel, si es necesario, por defender lo nuestro. Y ese “nuestro” no debe ser egoísta, mezquino ni excluyente, porque el pan y la alegría saben y se disfrutan mejor cuando se comparten. Muy fácil de aprender, y de olvidarlo al menor contratiempo.



jueves, 11 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


A un juntaletras como yo, ¿para qué negarlo?, le gusta que lo lean. Sobre todo aquellos con los que comparte amistad y letras a diario. El fin no es obtener reconocimiento y fama que son flores de un día, sino compartir reflexiones y sentimientos con sus afines. e incluso con quienes no lo son pero respetan la pluralidad y siempre se muestran abiertos y tolerantes con aquello con lo que están en desacuerdo. Mi gratitud para con ellos, y la generosidad se paga con la misma moneda. Viajamos en el mismo barco y los camarotes no me gustan sino para dormir u otras cosas que entran dentro de la intimidad. El resto del tiempo me encanta viajar en cubierta y disfrutar de la compañía de todos en esta larga travesía, donde se suceden bonanzas y tormentas. Somos pasajeros y nadie es mejor ni peor que nadie. Afortunadamente, cada uno es como es y no hay dos iguales. Lo bueno es aceptar las diferencias y disfrutar de ellas. Lo compatible y afín es grato y une; de las discrepancias se aprende. Se trata de convivir lo mejor posible sin imponerle nada a los otros ni creernos en posesión de la verdad. Así la vida es placentera y fácil. Ambiciones las justas; egoísmo ninguno; buena voluntad siempre. El resto, la soberbia, la vanidad y la envidia, nos amargan el viaje. Ganar o perder es anecdótico porque al final lo ganado o perdido se va a quedar aquí cuando nos toque irnos, y lo seguro es que antes o después nos iremos. Mientras tanto, tratemos de ser buenos, razonables y solidarios. Para lo único que sirve la vida es para aprender a vivir.

martes, 9 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


En estas fechas estamos obligados a ser buenos, generosos, amables, cordiales, simpáticos y cariñosos. Aquí, que es lo que ahora nos importa, la mayoría nos mostramos así todo el año. El bosque no es un eufemismo sino una realidad creada por un numeroso grupo de amigos, en la que a diario hemos ido sembrando lo mejor de nosotros mismos. Aunque sea pecar de inmodestia, los resultados están a la vista. De vez en cuando se nos cuela alguien incapaz de aceptar la única regla de esta comunidad, el respeto mutuo. Afortunadamente, no tarda en darse cuenta de que este no es su sitio y, tras algún que otro coletazo desagradable, se va. En ningún momento se nos ha ocurrido, a mí ni a nadie, cerrar las puertas y convertir esto en coto privado. Y a quienes nos dejaron y después quisieron regresar los acogimos con los brazos abiertos. Llevamos casi un lustro sin lideres ni protagonistas, y el torpe moderador que junta estas letras, rara vez ha tenido que ejercer su función que tan poco le gusta. Dentro de unos días algunos nos iremos de vacaciones, y como cada año todo seguirá funcionando igual. Es lógico que siendo tan buenos amigos nos echemos de menos, pero ninguna ausencia, voluntaria o forzosa, nos debe frenar. Por desgracia tres de los nuestros, Matilde, Lucy y Fernando, emprendieron un largo vuelo y no regresaran. El resto somos una piña de granos bien diferentes pero siempre unida. Ojalá el mundo en el que nos ha tocado vivir fuera igual de tolerante y solidario. A quienes creen que soy pesimista, quizá les sorprenda saber que estoy convencido de que un día lo será.

domingo, 7 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Tengo amigos entrañables que son dados al optimismo fácil. Suele ser gente buena y sencilla para la que querer es poder, y no hay más. ¡Olé al Carpe diem, al relativismo y al buenismo a ultranza! Ya Voltaire los describió en su novela Cándido, y miren que ha llovido desde entonces, pero no han dejado de perseverar en su afán de verlo todo de color de rosa. Quien no es feliz es porque no sabe serlo; al que se está muriendo le bastaría con desear vivir para curarse; el que perdió el amor de su vida no debería estar triste sino buscarse otro; el que pasa hambre es porque no se ha percatado aún de dónde está la comida, y… ¡para qué seguir! Lo curioso y enternecedor es que la mayoría de ellos no predican con el ejemplo, ya que tampoco son felices ni nadan en la abundancia. Sufren y padecen como el que más, pero se consuelan pensando que todo tiene solución. Su fe no mueve montañas, pero transforma la realidad en un espejismo idílico en el cual todo es posible, y lo malo y lo feo lo inventamos los que no podemos ver el mundo como ellos lo ven y somos incapaces de aplicar sus recetas para que todo vaya de fabula. Su ingenuidad no es un defecto; tampoco una virtud. Si acaso una variedad de miopía. ¿Para qué debatir con quienes, diga lo que diga, sé de antemano lo que me van a contestar? Nada más lejos de mi ánimo que estallarles su burbuja de colorines, pero me niego a comulgar con ruedas de molino y negar lo evidente. Sería inútil decirles que no todo depende de uno mismo, y que, por más que cueste aceptarlo, lo inevitable existe. Y por mucho que sepamos encajar o disimular, las derrotas nos dolerán igual. ¿Pesimismo? No, queridos, solo un mínimo de sentido común.


sábado, 6 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES

Ya tenía escrito el Buenas Noches, pero no deseo publicarlo hoy. Por esta vez será el hombre quien elija y no la puerta. Por cierto, sin ánimo de contradecir a Borges, las puertas son obra nuestra y las abrimos y cerramos nosotros.

Verán, es que hay noches en las que a uno no le apetece polemizar sobre nada con nadie, sino mirar la luna, aspirar la fragancia de los jazmines, y prefiere –aunque suene a blasfemia- un humilde grillo a Sarah Chang. Ahora no llueve, pero la brisa es fresca y algunas hojas se han echado a volar. Quienes no somos optimistas ni pesimistas crónicos, los buenos momentos los disfrutamos sin cuestionarnos si se repetirán o si los vivimos por última vez. Sea como fuere merece la pena recrearse en ellos, abrir las ventanas del corazón y sentir más que pensar. Si les parece bien, mañana seguiremos cuestionándonos cosas y juntando letras. Ahora toca soñar.

viernes, 5 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


No me cansa lo que algunos llaman “inactividad”, y sí determinadas actividades forzosas que me imponen o me impongo a diario. Prefiero un cierto grado de improvisación y anarquía a las mentes cuadriculadas, lo políticamente correcto y el orden estricto, preestablecido de antemano por quienes deberían velar por las libertades en vez de limitarlas. Vive y deja vivir. En lugar de exigirlo, gánate el respeto de los demás respetando también a aquellos con los que estás en desacuerdo. Opina, no desde el púlpito o el estrado sino a ras de suelo, con la convicción de que tus verdades no son absolutas y sin tratar de imponerle tus creencias a nadie. Parece sencillo y lo es, pero lo complicamos con dosis excesivas de soberbia, orgullo y vanidad. De qué sirve repetir a diario, “nadie es perfecto”, -más como auto-excusa que por humildad-, si en el fondo creemos ser menos imperfectos que el resto. O hablar tanto del amor romántico y abstracto, cuando podríamos entender y practicar el verdadero amor, amando a cuantos nos rodean. Este juntaletras no se cansará nunca de la “inactividad” que le permite pensar y meditar sobre cosas de tan poca importancia, porque después, además de reflejarlas en la pantalla o el papel, se las graba en la conciencia.

jueves, 4 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Hay amigos de verdad, capaces de darlo todo a cambio de nada y de jugarse la hacienda y la vida, sin pestañear, cuando la ocasión lo requiere. También los hay más falsos que Judas. Estos últimos son fáciles de identificar, porque son egoístas e interesados, jamás hacen nada que no les beneficie, y en los malos momentos nunca están. Los ilusos o vanidosos que presumen de tener muchos amigos, se engañan. Y como no debemos desearle el mal a nadie, ojalá que no se vean en la necesidad de recurrir a ninguno de los que creen incondicionales cuando precisen ayuda, ya que, en cuanto el éxito y la fortuna les dé la espalda, pretextos y excusas es lo único que recibirán. Al ganador se arriman todos por si se les pega algo, pero del perdedor nadie se acuerda. Los parásitos, hipócritas y aduladores, abundan. El éxito y la alegría los atraen más que la miel a las moscas; el fracaso y la tristeza los ahuyenta. Las decepciones duelen mucho, pero enseñan a valorar quién es quién. En tales casos, suelen bastar, y hasta sobrar, los dedos de una mano para contar a los que no abandonan el barco cuando amenaza con hundirse. Las ratas siempre son las primeras en saltar por la borda, aunque algunas ni siquiera sepan nadar.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


La vida fue el mayor regalo que me hicieron mis padres. Nací porque se amaban; soy fruto de un gran amor que interrumpió o prolongo la muerte. Hace años, con mis propias manos, junté el “polvo enamorado” de ambos, para que sus átomos, como sus almas –donde quiera que estén-, se fundieran en un último y definitivo abrazo. Cómo me habría gustado poder imitarlos, seguir su ejemplo: Pero, pese a haberlo intentado varias veces, en todas fracasé. Mis amores, al contrario que el suyo, se marchitaron pronto. Amé y me amaron haciendo bueno el dicho de que “quien no ama demasiado, no ama lo suficiente”, pero ni a ellas ni a mí, el amor nos salvó del naufragio. Entonces, ¿cuál fue la razón? Para no variar, el corazón y la cabeza están en total desacuerdo y se culpan el uno al otro. Por si sirve de algo, -que no creo-, me declaro culpable. Cuando mis viejos discutían, tras unas cuantas horas de silencio, ella le preguntaba: ¿Me quieres? Y el tipo duro se levantaba de inmediato del sillón y su respuesta era siempre abrazarla. Los tiempos, las personas y las relaciones cambian. A mí, en las mismas circunstancias, jamás me preguntaron eso. Tampoco me atreví a preguntarlo. ¿Para qué? Mejor ahorrarse el “no”.

martes, 2 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


En fotografía existe “la hora dorada”, que es cuando el crepúsculo muestra su máximo esplendor. Si no estás atento a ese instante breve e irrepetible, pierdes las mejores fotos. Con la nostalgia sucede algo parecido. Llega, inesperadamente, como una gran ola, y si no te zambulles rápido antes de que rompa, te revuelca y te arrastra. Una vez sumergido sales al otro lado sin daño. Pero, ¡ay, si te sorprende! En nada te desarbola el alma, te inunda la memoria, te estrella sin remedio contra la realidad y te deja maltrecho el corazón. Todos los que la hemos experimentado sabemos que es peligrosa. Por eso conviene no confundir la nostalgia con el recuerdo; la diferencia está en que el recuerdo olvida y la nostalgia no.