Es cierto que cada uno conoce su historia y puede verla en
su totalidad. Si aún así es difícil ser objetivo y cuesta entender determinados
pasajes, opinar sobre la del otro es una temeridad. Por eso, cuando alguien
escribe o habla de sus propias vivencias me limito a leer o a escuchar, y si se
trata de un trabajo literario, a valorar lo escrito. Ni sé ni me importan el
antes o el después. El escritor o el poeta me ofrece un fragmento, real o
imaginario, de vida, y en él es en lo que me debo centrar. El más frecuente de
los errores ante un texto o un poema es buscar tras el decorado lo que motivó
al autor a escribirlo. Si nos lo revela, bien, y si no, da igual. Aquí todos –y
me incluyo- no comentamos sobre la calidad de lo escrito sino sobre la persona
y sus sentimientos, cuando eso es precisamente lo que no es opinable ni está
sujeto a crítica alguna. Cada uno es como es y siente como siente. Yo no debo
enjuiciar a Pepito sino a su obra. Cuando publica algo no me está preguntando ¿qué
te parece cómo amo o desamo a esta o aquel? , sino que está compartiendo su
personal visión sobre el amor o el desamor, y yo, como lector, puedo enjuiciar
si me parece que el fondo y la forma son adecuados, pero sin entrar nunca en el
terreno personal que desconozco y no soy quien para enjuiciarlo. De haber
vivido en la juventud de Neruda, tras leer su Poema 20 no le habría aconsejado,
“no pierdas la esperanza”, “vuelve con ella si aún la quieres”, o “no te
preocupes que conocerás a otra que te la haga olvidar”. Me habría roto las
manos aplaudiendo y ya está. Capisci?
lunes, 15 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
Antes de irme de viaje siempre ordeno mis cosas, mis libros,
mis papeles. Lo dejo todo en orden de revista, por si ya no regreso. Que uno
está seguro de a dónde quiere ir, no de si va a llegar. Y prevé volver, pero no
puede estar seguro de que pueda hacerlo. Lo decía Borges, y es muy cierto, hay
personas que no volveremos a ver, lugares en los que hemos estado por última
vez, libros que jamás leeremos. Mientras preparo el equipaje noto cierta
inquietud en los objetos que pueblan mi mundo. Los muebles, los cuadros, los
libros y las figuras se encogen, tiemblan imperceptiblemente, y aún a riesgo de
parecer pueril, yo diría que les entristece y atemoriza que los abandone. Cómo
explicarles que es sólo por un tiempo, que regresaré pronto, si ni siquiera
estoy seguro de eso. En cambio, las personas aceptan que me vaya, y aquellas
que me echarán de menos, saben o, mejor dicho, suponen que volveré. Y espero
que así sea, porque el bosque no está sólo en la computadora, en mi corazón y
en mi cerebro, sino también en la casa y los sitios que frecuento. Una parte me
la llevaré conmigo, la otra, en la que está mi olivo, se queda aquí. Ya no le
doy más vueltas al asunto, porque si no, me quedo.
sábado, 13 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
“La eternidad de aquel día
llevaba una
muerte dentro.”
Rafael Guillén
Tu amor es eterno mientras lo sientes, y pleno si es
correspondido. Lo demás no pasan de ser ilusiones y espejismos que anestesian
pero no alimentan. El que ama está, y si no está es porque no amaba lo
suficiente. Sobran explicaciones, excusas y pretextos. Quien es incapaz de
entregarse por entero, sufrir cuando toca y asumir riesgos, es que se quiere
más a si mismo que al otro. Con la mar en calma cualquiera puede pilotar un
barco. Los buenos marinos son los que en medio de terribles tormentas salvan la
nave y la llevan a puerto. Ser o no ser, sentir o no sentir, sin mentiras,
comedias y placebos. Los que creen que venimos a este mundo a ser felices y a
disfrutar al máximo en todo momento, no tienen ni idea de lo que es vivir ni
son de fiar. Se engañan y engañan todo el tiempo. Aquí venimos a luchar, a
sacrificarnos y a dejarnos la piel, si es necesario, por defender lo nuestro. Y
ese “nuestro” no debe ser egoísta, mezquino ni excluyente, porque el pan y la
alegría saben y se disfrutan mejor cuando se comparten. Muy fácil de aprender,
y de olvidarlo al menor contratiempo.
jueves, 11 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
A un juntaletras como yo, ¿para qué negarlo?, le gusta que
lo lean. Sobre todo aquellos con los que comparte amistad y letras a diario. El
fin no es obtener reconocimiento y fama que son flores de un día, sino
compartir reflexiones y sentimientos con sus afines. e incluso con quienes no
lo son pero respetan la pluralidad y siempre se muestran abiertos y tolerantes
con aquello con lo que están en desacuerdo. Mi gratitud para con ellos, y la
generosidad se paga con la misma moneda. Viajamos en el mismo barco y los
camarotes no me gustan sino para dormir u otras cosas que entran dentro de la
intimidad. El resto del tiempo me encanta viajar en cubierta y disfrutar de la
compañía de todos en esta larga travesía, donde se suceden bonanzas y
tormentas. Somos pasajeros y nadie es mejor ni peor que nadie. Afortunadamente,
cada uno es como es y no hay dos iguales. Lo bueno es aceptar las diferencias y
disfrutar de ellas. Lo compatible y afín es grato y une; de las discrepancias
se aprende. Se trata de convivir lo mejor posible sin imponerle nada a los
otros ni creernos en posesión de la verdad. Así la vida es placentera y fácil.
Ambiciones las justas; egoísmo ninguno; buena voluntad siempre. El resto, la
soberbia, la vanidad y la envidia, nos amargan el viaje. Ganar o perder es
anecdótico porque al final lo ganado o perdido se va a quedar aquí cuando nos
toque irnos, y lo seguro es que antes o después nos iremos. Mientras tanto,
tratemos de ser buenos, razonables y solidarios. Para lo único que sirve la
vida es para aprender a vivir.
martes, 9 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
En estas fechas estamos obligados a ser buenos, generosos,
amables, cordiales, simpáticos y cariñosos. Aquí, que es lo que ahora nos
importa, la mayoría nos mostramos así todo el año. El bosque no es un eufemismo
sino una realidad creada por un numeroso grupo de amigos, en la que a diario
hemos ido sembrando lo mejor de nosotros mismos. Aunque sea pecar de
inmodestia, los resultados están a la vista. De vez en cuando se nos cuela
alguien incapaz de aceptar la única regla de esta comunidad, el respeto mutuo.
Afortunadamente, no tarda en darse cuenta de que este no es su sitio y, tras
algún que otro coletazo desagradable, se va. En ningún momento se nos ha
ocurrido, a mí ni a nadie, cerrar las puertas y convertir esto en coto privado.
Y a quienes nos dejaron y después quisieron regresar los acogimos con los
brazos abiertos. Llevamos casi un lustro sin lideres ni protagonistas, y el
torpe moderador que junta estas letras, rara vez ha tenido que ejercer su
función que tan poco le gusta. Dentro de unos días algunos nos iremos de
vacaciones, y como cada año todo seguirá funcionando igual. Es lógico que
siendo tan buenos amigos nos echemos de menos, pero ninguna ausencia, voluntaria
o forzosa, nos debe frenar. Por desgracia tres de los nuestros, Matilde, Lucy y
Fernando, emprendieron un largo vuelo y no regresaran. El resto somos una piña
de granos bien diferentes pero siempre unida. Ojalá el mundo en el que nos ha
tocado vivir fuera igual de tolerante y solidario. A quienes creen que soy
pesimista, quizá les sorprenda saber que estoy convencido de que un día lo
será.
domingo, 7 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
Tengo amigos entrañables que son dados al optimismo fácil. Suele
ser gente buena y sencilla para la que querer es poder, y no hay más. ¡Olé al
Carpe diem, al relativismo y al buenismo a ultranza! Ya Voltaire los describió
en su novela Cándido, y miren que ha llovido desde entonces, pero no han dejado
de perseverar en su afán de verlo todo de color de rosa. Quien no es feliz es
porque no sabe serlo; al que se está muriendo le bastaría con desear vivir para
curarse; el que perdió el amor de su vida no debería estar triste sino buscarse
otro; el que pasa hambre es porque no se ha percatado aún de dónde está la
comida, y… ¡para qué seguir! Lo curioso y enternecedor es que la mayoría de
ellos no predican con el ejemplo, ya que tampoco son felices ni nadan en la
abundancia. Sufren y padecen como el que más, pero se consuelan pensando que
todo tiene solución. Su fe no mueve montañas, pero transforma la realidad en un
espejismo idílico en el cual todo es posible, y lo malo y lo feo lo inventamos
los que no podemos ver el mundo como ellos lo ven y somos incapaces de aplicar
sus recetas para que todo vaya de fabula. Su ingenuidad no es un defecto;
tampoco una virtud. Si acaso una variedad de miopía. ¿Para qué debatir con
quienes, diga lo que diga, sé de antemano lo que me van a contestar? Nada más
lejos de mi ánimo que estallarles su burbuja de colorines, pero me niego a
comulgar con ruedas de molino y negar lo evidente. Sería inútil decirles que no
todo depende de uno mismo, y que, por más que cueste aceptarlo, lo inevitable
existe. Y por mucho que sepamos encajar o disimular, las derrotas nos dolerán
igual. ¿Pesimismo? No, queridos, solo un mínimo de sentido común.
sábado, 6 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
Ya tenía escrito el Buenas Noches, pero no deseo publicarlo
hoy. Por esta vez será el hombre quien elija y no la puerta. Por cierto, sin
ánimo de contradecir a Borges, las puertas son obra nuestra y las abrimos y
cerramos nosotros.
Verán, es que hay noches en las que a uno no le apetece
polemizar sobre nada con nadie, sino mirar la luna, aspirar la fragancia de los
jazmines, y prefiere –aunque suene a blasfemia- un humilde grillo a Sarah
Chang. Ahora no llueve, pero la brisa es fresca y algunas hojas se han echado a
volar. Quienes no somos optimistas ni pesimistas crónicos, los buenos momentos
los disfrutamos sin cuestionarnos si se repetirán o si los vivimos por última
vez. Sea como fuere merece la pena recrearse en ellos, abrir las ventanas del
corazón y sentir más que pensar. Si les parece bien, mañana seguiremos
cuestionándonos cosas y juntando letras. Ahora toca soñar.
viernes, 5 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
No me cansa lo que algunos llaman “inactividad”, y sí
determinadas actividades forzosas que me imponen o me impongo a diario.
Prefiero un cierto grado de improvisación y anarquía a las mentes cuadriculadas,
lo políticamente correcto y el orden estricto, preestablecido de antemano por
quienes deberían velar por las libertades en vez de limitarlas. Vive y deja
vivir. En lugar de exigirlo, gánate el respeto de los demás respetando también
a aquellos con los que estás en desacuerdo. Opina, no desde el púlpito o el
estrado sino a ras de suelo, con la convicción de que tus verdades no son
absolutas y sin tratar de imponerle tus creencias a nadie. Parece sencillo y lo
es, pero lo complicamos con dosis excesivas de soberbia, orgullo y vanidad. De
qué sirve repetir a diario, “nadie es perfecto”, -más como auto-excusa que por
humildad-, si en el fondo creemos ser menos imperfectos que el resto. O hablar
tanto del amor romántico y abstracto, cuando podríamos entender y practicar el
verdadero amor, amando a cuantos nos rodean. Este juntaletras no se cansará
nunca de la “inactividad” que le permite pensar y meditar sobre cosas de tan
poca importancia, porque después, además de reflejarlas en la pantalla o el
papel, se las graba en la conciencia.
jueves, 4 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
Hay amigos de verdad, capaces de darlo todo a cambio de nada
y de jugarse la hacienda y la vida, sin pestañear, cuando la ocasión lo
requiere. También los hay más falsos que Judas. Estos últimos son fáciles de
identificar, porque son egoístas e interesados, jamás hacen nada que no les
beneficie, y en los malos momentos nunca están. Los ilusos o vanidosos que
presumen de tener muchos amigos, se engañan. Y como no debemos desearle el mal
a nadie, ojalá que no se vean en la necesidad de recurrir a ninguno de los que
creen incondicionales cuando precisen ayuda, ya que, en cuanto el éxito y la
fortuna les dé la espalda, pretextos y excusas es lo único que recibirán. Al
ganador se arriman todos por si se les pega algo, pero del perdedor nadie se
acuerda. Los parásitos, hipócritas y aduladores, abundan. El éxito y la alegría
los atraen más que la miel a las moscas; el fracaso y la tristeza los ahuyenta.
Las decepciones duelen mucho, pero enseñan a valorar quién es quién. En tales
casos, suelen bastar, y hasta sobrar, los dedos de una mano para contar a los
que no abandonan el barco cuando amenaza con hundirse. Las ratas siempre son
las primeras en saltar por la borda, aunque algunas ni siquiera sepan nadar.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
La vida fue el mayor regalo que me hicieron mis padres. Nací
porque se amaban; soy fruto de un gran amor que interrumpió o prolongo la
muerte. Hace años, con mis propias manos, junté el “polvo enamorado” de ambos,
para que sus átomos, como sus almas –donde quiera que estén-, se fundieran en
un último y definitivo abrazo. Cómo me habría gustado poder imitarlos, seguir
su ejemplo: Pero, pese a haberlo intentado varias veces, en todas fracasé. Mis amores,
al contrario que el suyo, se marchitaron pronto. Amé y me amaron haciendo bueno
el dicho de que “quien no ama demasiado, no ama lo suficiente”, pero ni a ellas
ni a mí, el amor nos salvó del naufragio. Entonces, ¿cuál fue la razón? Para no
variar, el corazón y la cabeza están en total desacuerdo y se culpan el uno al
otro. Por si sirve de algo, -que no creo-, me declaro culpable. Cuando mis
viejos discutían, tras unas cuantas horas de silencio, ella le preguntaba: ¿Me
quieres? Y el tipo duro se levantaba de inmediato del sillón y su respuesta era
siempre abrazarla. Los tiempos, las personas y las relaciones cambian. A mí, en
las mismas circunstancias, jamás me preguntaron eso. Tampoco me atreví a
preguntarlo. ¿Para qué? Mejor ahorrarse el “no”.
martes, 2 de diciembre de 2014
BUENAS NOCHES
En fotografía existe “la hora dorada”, que es cuando el
crepúsculo muestra su máximo esplendor. Si no estás atento a ese instante breve
e irrepetible, pierdes las mejores fotos. Con la nostalgia sucede algo
parecido. Llega, inesperadamente, como una gran ola, y si no te zambulles
rápido antes de que rompa, te revuelca y te arrastra. Una vez sumergido sales
al otro lado sin daño. Pero, ¡ay, si te sorprende! En nada te desarbola el
alma, te inunda la memoria, te estrella sin remedio contra la realidad y te
deja maltrecho el corazón. Todos los que la hemos experimentado sabemos que es
peligrosa. Por eso conviene no confundir la nostalgia con el recuerdo; la
diferencia está en que el recuerdo olvida y la nostalgia no.
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