En estas fechas estamos obligados a ser buenos, generosos,
amables, cordiales, simpáticos y cariñosos. Aquí, que es lo que ahora nos
importa, la mayoría nos mostramos así todo el año. El bosque no es un eufemismo
sino una realidad creada por un numeroso grupo de amigos, en la que a diario
hemos ido sembrando lo mejor de nosotros mismos. Aunque sea pecar de
inmodestia, los resultados están a la vista. De vez en cuando se nos cuela
alguien incapaz de aceptar la única regla de esta comunidad, el respeto mutuo.
Afortunadamente, no tarda en darse cuenta de que este no es su sitio y, tras
algún que otro coletazo desagradable, se va. En ningún momento se nos ha
ocurrido, a mí ni a nadie, cerrar las puertas y convertir esto en coto privado.
Y a quienes nos dejaron y después quisieron regresar los acogimos con los
brazos abiertos. Llevamos casi un lustro sin lideres ni protagonistas, y el
torpe moderador que junta estas letras, rara vez ha tenido que ejercer su
función que tan poco le gusta. Dentro de unos días algunos nos iremos de
vacaciones, y como cada año todo seguirá funcionando igual. Es lógico que
siendo tan buenos amigos nos echemos de menos, pero ninguna ausencia, voluntaria
o forzosa, nos debe frenar. Por desgracia tres de los nuestros, Matilde, Lucy y
Fernando, emprendieron un largo vuelo y no regresaran. El resto somos una piña
de granos bien diferentes pero siempre unida. Ojalá el mundo en el que nos ha
tocado vivir fuera igual de tolerante y solidario. A quienes creen que soy
pesimista, quizá les sorprenda saber que estoy convencido de que un día lo
será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario