jueves, 4 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Hay amigos de verdad, capaces de darlo todo a cambio de nada y de jugarse la hacienda y la vida, sin pestañear, cuando la ocasión lo requiere. También los hay más falsos que Judas. Estos últimos son fáciles de identificar, porque son egoístas e interesados, jamás hacen nada que no les beneficie, y en los malos momentos nunca están. Los ilusos o vanidosos que presumen de tener muchos amigos, se engañan. Y como no debemos desearle el mal a nadie, ojalá que no se vean en la necesidad de recurrir a ninguno de los que creen incondicionales cuando precisen ayuda, ya que, en cuanto el éxito y la fortuna les dé la espalda, pretextos y excusas es lo único que recibirán. Al ganador se arriman todos por si se les pega algo, pero del perdedor nadie se acuerda. Los parásitos, hipócritas y aduladores, abundan. El éxito y la alegría los atraen más que la miel a las moscas; el fracaso y la tristeza los ahuyenta. Las decepciones duelen mucho, pero enseñan a valorar quién es quién. En tales casos, suelen bastar, y hasta sobrar, los dedos de una mano para contar a los que no abandonan el barco cuando amenaza con hundirse. Las ratas siempre son las primeras en saltar por la borda, aunque algunas ni siquiera sepan nadar.

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