miércoles, 22 de octubre de 2014

BUENAS NOCHES


Los que utilizamos, con mayor o menor acierto, las metáforas, solemos comparar la vida humana con un libro, en el que, a diario, escriben el protagonista y un sin fin de actores importantes o secundarios. No creo que exista un guión previo, sino que improvisamos voluntariamente o forzados por las circunstancias. Los aciertos y errores se suceden, y como lo que cuenta es el resultado, al final es el tiempo el que acaba poniéndolo todo en su lugar, y concediéndole a las cosas el valor que tienen. Dice Woody Allen que “tragedia+tiempo=comedia”, o lo que es lo mismo: que a la larga, lo que hoy nos entristece y abruma, mañana nos hará sonreír. Habitualmente suele ser así, y basta con hacer memoria para comprenderlo. Lo que no debemos es dejar páginas en blanco o emborronarlas en exceso. En esto también cuenta más la calidad que la cantidad, y una sola línea puede salvar todo un capítulo, o apagar, irremediablemente, la brillantez de un largo y elaborado texto. Cada cual es dueño de escribir sus historias, -nunca es una sola-, como mejor pueda, sepa o quiera. En mi caso, procuro no extenderme ni adornarlas, y fantasías las justas o ninguna. “Lo que es, es; y lo que no es, no es.” Y si no me convence la historia, ni domino el argumento, prefiero no empezarla.

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