domingo, 16 de febrero de 2014
BUENAS NOCHES
Suele ser habitual en FB, que a la hora de publicar un poema usemos casi
siempre una fotografía, como si lo escrito no bastase y precisara explicación o
apoyo visual. Y en ocasiones me asalta la duda de si los comentarios elogiosos
y los “me gusta” van dirigidos a la foto o al texto. Si el poema es bueno no necesita más imágenes que las que
transmiten los versos. Si no lo es, primará la foto, que, dicho sea de paso,
tampoco precisa texto alguno para ser comprendida. Esto se está convirtiendo en
una especie de competición a ver quien tiene más comentarios y “me gusta”, y
las fotografías son un gancho para atraer a más lectores. Tanto las etiquetas
como las imágenes son un tipo de marketing bastante útil y, por supuesto,
lícito, ya que es natural que todo escritor o poeta aspire a que lo lean el
máximo de lectores posible. Incluso aquellos que se saltan las normas
establecidas por los gestores de FB, y emplean trucos para poder etiquetar a
centenares de agregados, están en su derecho a hacerlo. Pero no todo es cuestión
de cantidad sino también de calidad, y deberíamos tener presente que lo
importante no es competir para alimentar nuestro ego superando las cifras de
otros, ya que hay quienes ponen “me gusta” por cortesía o compromiso sin
molestarse en leernos, o, volviendo al principio, porque les gustó o les llamó
la atención la foto. En fin, si los antiguos rapsodas y trovadores usaban
instrumentos musicales como la lira o el laúd, nosotros, inmersos en la época
de lo visual, usamos fotos y vídeos. Pues qué bien. Pero, antes y ahora, lo
verdaderamente valioso es la poesía. Y la poesía, oral o escrita, se crea con
palabras, y lo que cuenta es lo que somos capaces de transmitir con ellas: no
lo olvidemos.
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