martes, 17 de febrero de 2015

BUENAS NOCHES


No recuerdo cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que me divertí de verdad. Tampoco sabría precisar dónde, cuándo y por qué exploté en carcajadas antes de que la risa de antaño acabará en onomatopeyas. Ahora sólo sé sonreír. Del reluciente oro de la alegría al oscuro cobre de la tristeza no nos arrastra el tiempo sino nuestra propia actitud ante la vida. La negatividad pesa más que el plomo y nos aplasta el ánimo. ¿Acaso no hay infinidad de cosas que celebrar y motivos sobrados para reí? Celebremos que estamos vivos y riámonos de nosotros mismo. ¿Nos deprime el pasado y el futuro nos asusta? Refugiémonos en el presente. ¿Nos enfrentamos a un mal momento? Mañana volverá a salir el sol. En este mundo no hay nada insuperable, salvo la muerte, y, afortunadamente, el día que nos llegue ya no estaremos en él. La luz siempre vence a la oscuridad. Nosotros somos luz, la sombra la llevamos detrás. Miremos pues hacia delante. 

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