Tres
amigos con ciertos conocimientos de fotografía. Tres cámaras SLR, con objetivos
muy similares en prestaciones. Fotografiábamos lo mismo y el resultado fue
sorprendente. Las personas, los objetos y los paisajes que capturamos parecían
distintos, cada uno los vio a su manera. Las lentes y los ojos son instrumentos
que apenas varían, pero la mente y el alma de
quien los usa se refleja en el resultado final y le imprimen su sello. La
esencia del arte, lo que lo hace tan valioso, es que logra captar el mundo
exterior e interior del artista fundiéndolos en uno solo. Por muy experto,
diestro y minucioso que sea el copista, la copia no podrá igualar al original.
Tal vez lo pueda incluso mejorar en ciertos aspectos, pero nunca igualarlo.
Aunque uno fue un buen compositor y el otro un genio, Salieri es tan
irrepetible como Mozart. Por eso, del más pequeño al más grande, del humilde al
sublime, debemos valorar y respetar lo que aportan. En el templo de la Cultura
no sólo cuentan las soberbias columnas que lo sostienen y adornan, también las
pequeñas piedras son importantes y cumplen su función.
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