El
pasado más que un pozo es un abismo. Cuando se abre ante nosotros nos paraliza,
nos deja indefensos y sin capacidad de respuesta. Cómo eludirlo si lo llevamos
dentro, si nada ni nadie puede cambiar lo inalterable. El olvido no borra los
recuerdos, lo único que hace es ocultarlos. Tarde o temprano nos los devuelve
intactos, con un frío y sarcástico, ahí los tienes,
son tuyos. Y toda tu entereza y voluntad se diluyen y acaban abrasándote los
lagrimales. La vida y sus variantes sorprendentes e imprevisibles, obligan a
donde dije “digo” decir “Diego”, o viceversa. Somos hojas a merced del viento.
Y el mismo aíre que hoy nos mece y acuna, mañana nos derriba y arrastra. Anoche
me preguntaba el por qué se me agotó la risa hace ya tanto tiempo. Esta tarde
el azar movió sus hilos y obtuve respuesta. Alguien dijo una vez que el mayor
riesgo de buscar la verdad es encontrarla: Es cierto, y yo me acabo de tropezar
con ella.
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