miércoles, 14 de mayo de 2014

BUENAS NOCHES

¿Qué se ama cuando se ama? Se preguntaba el poeta Gonzalo Rojas. Se me ocurren muchas respuestas, pero ninguna definitiva. A todas podría añadirles: Si, pero… hay más. Y a ese “más” no llegó Gonzalo, ni creo que pueda llegar yo. Está claro que amamos el amor, y necesitamos personificarlo en alguien. Y ese alguien, que incluso puede ser uno mismo, se convierte en la representación viva del sentimiento más importante del ser humano. En la mayoría de los casos, nuestro amor es real, pero la persona amada dista de ser como creemos que es. Cometemos el doble error de idealizarla y de dejarnos idealizar. Después, cuando la realidad se impone, lo fácil y cómodo es hablar de engaño y decepción, señalando siempre al otro, que no nos hizo creer nada que no deseáramos creer. Si me quito las gafas y no consigo leer bien estas letras, la culpa es mía y no de ellas. Si nos aceptásemos a nosotros mismos tal cual somos, en vez de, por temor o vanidad, disfrazarnos tanto, nos ahorraríamos equívocos. El enamoramiento sería lo que debe ser: conocerse y aceptarse el uno al otro, no un baile de máscaras.  
En cuanto a la pregunta inicial, ¿Qué se ama cuando se ama?, sinceramente, no lo sé.


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