Las tardes de los
domingos las aprovecho, entre otras cosas, para recapitular sobre las letras
que junto a diario. Como tampoco son tantas no me lleva mucho tiempo comprobar
lo que debí decir y no dije, y lo que habría sido preferible omitir y no
publicar. Ni lo uno ni lo otro tiene remedio, pero también de los errores se
aprende. De joven creía posible aplazar una foto o un poema, ahora
sé que aquello que no hago en el momento en que lo veo y lo siento se pierde
para siempre, porque, aunque lo retome más tarde, nunca me va a salir igual.
"Cosas de poca importancia", como solía decir León Felipe. Pero cada
loco con su tema, que si no lo hace feliz al menos lo entretiene. Hay Buenas
Noches que sólo son un pretexto para acercarme a ustedes a desearles un feliz
descanso y los más bellos y divertidos sueños. El de hoy es uno de esos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario