Los antiguos creían que
nuestros antepasados se comunican con nosotros a través de los sueños, y como
“mis contemporáneos son los griegos”, yo también lo creo. Anoche soñé con mi
padre. En ocasiones les he hablado de él, que fue un hombre sencillo y bueno al
que todos querían y respetaban. Lástima no poseer sus virtudes para contrapesar
mis defectos. A lo que iba: Fue un sueño largo e intenso, de
los que se nos graban en la memoria de principio a fin con todo detalle.
Mientras le contaba estos últimos años de mi vida, él me miraba a los ojos en
silencio, más que escuchándome leyendo en mí cuanto le decía. Al acabar mi
relato, le pregunté: ¿Qué debo hacer? Y entonces, sólo entonces, sonrió y me
estrechó la mano: Quererte tanto como yo te quiero y continuar siendo tú mismo.
Esta mañana el cielo amaneció nublado, pero tuve un día luminoso y tranquilo, de esos en los que uno lleva el sol dentro.
Esta mañana el cielo amaneció nublado, pero tuve un día luminoso y tranquilo, de esos en los que uno lleva el sol dentro.
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