Soy un enamorado de las
letras, las junto, juego con ellas, son mi válvula de escape y mi refugio. Por
las vocales empieza lo que para mí es esencial en la vida: La “a” de amor, la
“e” de esperanza, la “i” de ilusión, la “o” de olvido, y la “u” de humildad que
lleva delante una “h” a modo de silla en la que esperarla sentados para no
cansarnos. El lenguaje verbal y no verbal, los signos y los
gestos, nos permiten comunicarnos con nuestros semejantes, y, sobre todo,
pensar. Piensa antes y habla o escribe después. Es cierto lo que dijo André
Gide: “Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan
ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde.” Pero también lo es que,
por precipitarnos tratando de ser ingeniosos y quedar bien, las convertimos en
auténticos disparates, o lo que es peor, en ácido o veneno. En nuestro bosque
son fundamentales las letras, sin ellas nada tendría sentido. Cuidémoslas con
esmero como hasta ahora, y hagamos que florezcan uniéndonos cada día más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario