domingo, 6 de abril de 2014

BUENAS NOCHES


Hoy he estado todo el día removiendo viejos papeles. Leer lo que escribí hace años, y ya tenía olvidado, me convierte en un espectador de mi propia vida. Reconozco la obra y al personaje, recuerdo cómo era entonces, pero no me identifico demasiado con él o, mejor dicho, con ellos, porque son varios. El tiempo y las circunstancias nos remodelan a su antojo sin que nos demos cuenta. Nosotros, y quienes nos ven a diario, somos incapaces de percibir los cambios que se reflejan mejor en las letras que en los espejos. Cuántas diferencias y contradicciones entre el Tomás de ayer y el de hoy. Ignoro si para bien o para mal, sólo sé que soy o me siento otro. Muchos de esos papeles merecerían acabar de una vez en la papelera, pero como una especie de memoria auxiliar que explica muchas cosas, seguirán ahí dormidos hasta que yo no esté y alguien decida hacer limpieza.

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