Me da
igual quienes me borren de su lista de agregados o amigos porque de vez en
cuando diga lo que pienso sobre lo que está pasando si me parece malo y
aberrante. Da la sensación de que lo único que suscita interés o merece ser
comentado son los amores y desamores de cada uno, y que, para algunos, el
cerebro esta ubicado en la entrepierna. Que me amen o no es problema mío. Si me han dado
de lado será porque no merecía otra cosa o porque había puesto mis expectativas
en la persona equivocada. Amo a alguien y ese alguien no me corresponde, punto
y final. ¿A qué tanto marear la perdiz? Hay un sin fin de cosas mucho más
importantes que nos afectan a todos, y a las que no prestamos atención. Además
de los problemas de pareja, en este mundo cuenta el que hayan tantos seres
humanos sin trabajo, sin casa y sin medios para subsistir. Rodeados por la
injusticia, el fanatismo, el hambre y la violencia, considerar que la mayor de
las tragedias es el que una o uno no nos haga caso y no quiera compartir vida y
lecho con nosotros, es una ridiculez. ¡Qué le vaya bonito, y a otra cosa,
caramba! Antes que escritores, poetas y juntaletras, somos personas, y además
de alimentar el espíritu tenemos que respirar, beber y comer a diario. No
olvidemos nunca lo prioritario, por favor.
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