sábado, 31 de enero de 2015

BUENAS NOCHES

Hace unos días estuve hablando de astronomía con un amigo al que le apasiona ese tema. El hombre, desatado, al notar que yo no compartía su entusiasmo me preguntó: ¿A ti no te gustaría conocer otras galaxias, por ejemplo, Andrómeda? No suelo contestar con otra pregunta, pero esta vez lo hice: ¿Eso es posible? Fue como echarle un jarro de agua fría. Mi amigo no está loco ni es un iluso, simplemente sueña e imagina cosas que la razón sabe imposibles. En aquel momento soñaba y lo desperté bruscamente. Hice mal, y cuando quise rectificar ya era tarde. ¿Por qué nos resultan tan absurdos y pueriles los sueños ajenos, mientras nos aferramos, como náufragos a una tabla, a los nuestros? Si todos “somos globos llenos de emociones, en un mundo plagado de alfileres”, cuidemos de no pinchar a nadie con frases o preguntas hirientes. Una chispa de ingenio, descontrolada y a destiempo, puede ocasionar quemaduras graves a quien no lo merece. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario