El
verdadero amor surge como el relámpago. Es algo sorprendente e imprevisible,
capaz de iluminarlo todo. A otros sentimientos que te obligan a sopesar
intereses y conveniencias antes de decidirte a iniciar una relación y precisan
de cerillas para prender el fuego, no los llames así. ¡Ay de aquellos que toman
el nombre del amor en vano!
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