miércoles, 12 de agosto de 2015

BUENAS NOCHES


Hay noches en las que más que juntar letras apetece juntar recuerdos. Sobran explicaciones para explicar lo inexplicable. Lo más socorrido es culpar de todo al corazón, a los jazmines, a la luna, a Chopin, y hasta al grillo. Cualquier cosa menos reconocer que donde hubo siempre queda, y los rescoldos tardan mucho –a veces toda una vida- en enfriarse. Como siempre he sido un sopla nubes, un iluso, no es raro que me pase. Y ya sé que no sirve de nada, que es una absoluta pérdida de tiempo y un innecesario desgaste emocional y físico. Pero el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Estoy seguro de que, salvo algún hipócrita, nadie la tirará. Esta pantalla es mi confesonario, y escribir en ella me ayuda a exorcizar demonios y a orear mi conciencia. La memoria esta sembrada de fumarolas; dejemos de vez en cuando que la nostalgia fluya y se entremezcle con las letras. 




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