domingo, 2 de agosto de 2015

BUENAS NOCHES


Sobre el tallo que la sostiene y alimenta; ajena a las espinas que la protegen, la rosa se deshoja entre lánguidos y fragantes suspiros. Cierto que aún se la ve hermosa, pero sólo es un bello cadáver. La reina de las flores deja de reinar en cuanto la cortan. El rosal era su palacio, su corona el rocío. Los perdió, ya no es ella. El cristal y la porcelana son demasiados fríos. Convertida en símbolo de algo que no entiende, se marchita, mientras sueña con la oscura senda que habrá de recorrer para volver a florecer un día. 


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