El de hoy fue espectacular, lástima no saber describirlo. Uno se siente
inmensamente solo en medio de la naturaleza que, cual
ave fénix, se degüella a si misma para volver a renacer mañana. Por suerte tal
soledad no es más que un espejismo que el corazón, repleto de presencias, borra
en pocos instantes.
Hablando
de reflejos: Cuando las letras reflejan la mirada del que las junta, sólo
pueden decir la verdad. Que al ser ventanas del alma, es imposible que los ojos
mientan. En el bosque todos escribimos así, y nuestras verdades, -pequeñitas y
escritas con minúsculas, por supuesto-, nos sirven para conocernos y querernos
cada día un poco más. No pasamos de ser unas pocas gotas en medio del inmenso
océano. Pero, para conocer el mar basta con analizar una gota, no al mar
entero.
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