miércoles, 29 de julio de 2015

BUENAS NOCHES

El crepúsculo es el portal barroco de la noche. Apolo, Néfele y Poseidón lo decoran cada tarde de modo diferente. Llevamos un ocaso y un amanecer guardados en la memoria. En esos arquetipos están reflejados todos los que hemos visto y veremos durante nuestra vida. 

El de hoy fue espectacular, lástima no saber describirlo. Uno se siente inmensamente solo en medio de la naturaleza que, cual ave fénix, se degüella a si misma para volver a renacer mañana. Por suerte tal soledad no es más que un espejismo que el corazón, repleto de presencias, borra en pocos instantes. 
Hablando de reflejos: Cuando las letras reflejan la mirada del que las junta, sólo pueden decir la verdad. Que al ser ventanas del alma, es imposible que los ojos mientan. En el bosque todos escribimos así, y nuestras verdades, -pequeñitas y escritas con minúsculas, por supuesto-, nos sirven para conocernos y querernos cada día un poco más. No pasamos de ser unas pocas gotas en medio del inmenso océano. Pero, para conocer el mar basta con analizar una gota, no al mar entero. 


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