domingo, 5 de julio de 2015

BUENAS NOCHES

Mientras la página está en blanco es invierno; después, en cuanto aparecen las letras como hormigas y recorren la senda aún no trazada, llegan la primavera o el otoño, y las palabras florecen o se marchitan bajo el sol de la mirada de quien las lee. Rara vez tengo claro lo que voy a escribir. En ocasiones lo improviso y en otras se diría que me lo dictan voces que llegan de muy lejos. Hoy no es así. Sé lo que siento y por quien lo siento, y las letras que junto reflejan la bondad y la pureza de la gran mujer y tierna madre que me las inspira. Es tan sencilla y humilde que al leerlas se le pondrá roja la cara, y lucirá tan bella como una rosa al alba. Hoy es su cumpleaños, una fecha más simbólica que real porque es toda alma y las almas no tienen edad. Ella sabe cuánto me gustaría poder estar ahora a su lado cubriéndola de besos, pero como entre nosotros no hay distancias, los que no le pueden dar mis labios se los da mi corazón, que se acelera al recordarla y no para de repetir su nombre. No hay idioma que pueda expresar en su justa medida todo el cariño que le profeso. Ya en el que ella y yo hablamos cada día, sin que nos condicionen ni limiten palabras, nos lo decimos todo. 
Agradezco a Dios la inmensa dicha de que me adoptaras, y el poder compartir contigo mis alegrías y tristezas. En tanto me ilumine tu amorosa mirada, madre, en mi vida siempre será de día. 

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