viernes, 10 de julio de 2015

BUENAS NOCHES


Ya que esta noche parece obligado hablar de esto y ya saben que jamás me escondo, pues hablemos. Por suerte tengo el ego demasiado reseco y arrugado como para que a estas alturas se dedique a crecer. Aquí lo compartimos todo y este premio debemos compartirlo también. Llevo cinco años escribiendo en mi rincón del bosque, ilusionado con que lean, entiendan y les gusten mis letras, porque un juntaletras sin lectores todavía es más triste que una mesa sin pan. Créanme, sin su amistad y cariño, que suponen para mí el mayor de los estímulos, no habría escrito tanto. Haber sido elegido para participar con dos de mis poemas en tan merecido homenaje a Rubén Darío, y que mis versos vayan a ser publicados en dos antologías junto a los de excelentes poetas me hace sentir como cuando de crío mi madre me leía la Sonatina del maestro nicaragüense, y escuchándola con los ojos cerrados soñaba con bellas princesas tristes. Esto le habrá alegrado el alma y lo celebro. Comencé a escribir por verla contenta, y está noche –como en tantas otras- la siento a mi lado leyendo no en el papel sino en mis ojos lo que escribo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario