La cuestión, más que
ser o no ser, es tener o no tener corazón. Quienes no tienen dentro del pecho
más que un músculo que bombea sangre, mejor no sigan leyendo.
Este Buenas Noches iba a ser muy distinto de lo que es, pero “es la puerta la
que elije, no el hombre”, y algunas puertas se las hacen cruzar a uno a
empellones. ¿De lo malo se aprende? No, y mejor
así, porque hay cosas que es preferible no aprender para no acabar siendo
iguales a los que son maestros en ellas. Por suerte, determinadas acciones
absurdas y mezquinas nada tienen que ver con la maldad, sino con la incapacidad
y torpeza de aquellos que no pueden dar más de si. Reprocharle al que carece de
ojos que no vea ni entienda lo que tiene a su alrededor es tanto como pedirle a
un olmo que dé peras. Pero tampoco hay porque ser piñata todo el tiempo. Los
palos no se devuelven pero tampoco se aceptan. A ciertas personas les vendría
bien probar de vez en cuando su propia “medicina”, aunque me temo que estén ya
inmunizadas. Pues cuánto lo siento, peor para ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario