Las enfermedades del alma son más complicadas y difíciles de
curar que las del cuerpo. Primero, porque el alma humana continua siendo un
enigma; y segundo, porque cada una es distinta y la ciencia fracasa ante
aquello que no se presta a generalizaciones ni se deja analizar. Si en lo
material y temporal hay un sin fin de cuestiones aún por resolver, al referirnos
a algo inubicable e inmortal todo son dudas y preguntas, sin una sola certeza o
respuesta . En ciertos casos, la única medicina que puede curarla es el amor.
Pero sólo cuando es auténtico, y no los placebos al uso con los que nos solemos
engañar. ¿Y cómo podemos distinguir al verdadero del falso? No tengo ni idea.
En mi caso siempre me doy cuenta tarde, cuando el daño está hecho y de nada
sirve arrepentirse o rectificar.
viernes, 28 de noviembre de 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
En otro universo paralelo, tú y yo, seguimos juntos.
Posiblemente en él, ahora mismo estoy imaginando este en el que estamos
separados. En alguno de esos mundos, no nos habremos conocido aún; y habrá
otros en los que no lleguemos a conocernos nunca. Las posibilidades son
infinitas, y todas reales pero distintas. La verdad es que por más que ciertos
físicos lo afirmen, no acabo de creerlo. E incluso si lo creyera, me seguiría
importando un bledo que allá las cosas fueran de otro modo. Aquí son como son.
Mientras el sol siga saliendo por el Este, en nuestro vocabulario estará
proscrita la palabra “regreso”. Eso es así, y no puede variarlo ninguna teoría
no menos inquietante que el hecho de que quienes se amaron tanto, se vean hoy
como dos extraños. El corazón no entiende de ecuaciones, ni la esperanza se
crea en laboratorios. Aunque, quién sabe si los sueños permiten acceder a esos
lugares donde todo lo imaginado sucede o puede suceder.
martes, 25 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Escribimos desde y sobre el dolor, porque continua vivo en
la memoria y no se calma ni se olvida jamás. La alegría, en cambio, es tan leve
y frágil como un sueño y no cala en lo más hondo. Antes de que queramos darnos
cuenta se va difuminando, se esfuma, se apaga, y con el tiempo sus vaporosos
pétalos acaban convertidos en espinas. Nadie se identifica con ella, porque es
patrimonio exclusivo de quien la siente, y pocos saben o quieren compartirla.
Al que sufre le son indiferentes los jolgorios ajenos, y es de mal gusto
celebrar fiestas en un duelo. Donde hay penas y lágrimas están demás las risas.
De los muchos poemas que recuerdo, ninguno es alegre.
Por si fuera poco, las fechas que se aproximan, tan
entrañables antaño, son tristes recordatorios de épocas y personas que quedaron
atrás. Ni el alcohol ni los dulces logran borrar o endulzar lo perdido.
Afortunados aquellos que se aferran a la tabla del Carpe diem y al optimismo.
Yo no puedo y naufrago, una vez más, en la nostalgia. Sin rencores, reproches
ni remordimientos, voy dejando que transcurran los días, las felicitaciones,
los buenos deseos, hasta alcanzar la orilla del nuevo año. En ella podré seguir
juntando letras, leyendo, escuchando música, compartiendo el día a día con mis
amigos, sin almuerzos ni cenas de compromiso. lotería, guirnaldas, burbujas y regalos.
Prefiero ser yo mismo sin que nada ni nadie me cambie el paso, y sonreír cuando
me venga en gana, no para quedar bien. En fin, antes de que me alcance la
vorágine, me retiraré a mis cuarteles de invierno. Contra el desenfreno, la
euforia y el despilfarro, el campo y la naturaleza son el mejor antídoto.
lunes, 24 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Me estoy haciendo viejo, pero todavía, y no me avergüenza
confesarlo, sigo siendo un crío que creé en hadas, gnomos, duendes, dioses,
ángeles, diablos, brujas y fantasmas. Algún que otro unicornio se me perdió
ayer, y algunas mariposas azules, en cierta primavera, también volaron hacia
otros jardines sin que pudiera retenerlas. Aprendí pronto lo que es el amor,
pero nadie hasta hoy me ayudó a conservarlo. Siempre fue ave de paso, y tengo
en la memoria tantos nidos vacíos que el más mínimo aleteo me asusta y prefiero
ahuyentarlo. Sé que la inmensa mayoría estará en desacuerdo conmigo esta noche,
pero yo junto letras sobre mí y desde mí, y cada uno sabe cómo le ha ido en la
vida y cuándo se harta de asumir riesgos. Soy como aquel rey que, cansado de
tanto batallar, se recluyó en su castillo y dijo a sus caballeros: Bueno, ahora
lo que toca es morirse… pero sin prisas.
domingo, 23 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Llevo tiempo con la conciencia semidormida. No hablo de la que se empeña
en verlo todo negro y ejercer de fiscal. A esa la tengo bien sujeta. En cuanto
se propasa lo más mínimo, trata de imponerme su criterio o me acusa de algo, la
paro en seco y le recuerdo que el único juez de mi vida soy yo. A la conciencia
que me refiero es a la que me indica dónde, cuándo y qué debo mirar para
conocer y comprender el mundo, sin extraviarme ni perder el tiempo. Cuando no
le hago caso y miro hacia donde no debo, me distraigo, me engaño y me dejo
engañar por lo irreal, y acabo en medio del desierto, o, peor aún, entre arenas
movedizas de las que siempre me acaba rescatando. Es abnegada y fiel, pero hay
momentos en los que, harta de que no la escuche, se adormece. Ahora está así.
Los caprichos y alucinaciones, cuando se es joven carecen de importancia y son
gratuitos; a cierta edad se pagan muy caros. No puedo evitar que me atraiga lo
desconocido, pero sé que sin ella a mi lado y bien despierta, mis aventuras
suelen acabar mal.
sábado, 22 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Hay muchos tipos de heridas, y no me refiero a las del
cuerpo, sino a las que laceran lo más hondo, a aquellas que tanto tardan en
cicatrizar o no cicatrizan nunca. Las del desamor, el odio, la injusticia, la
incomprensión, la intolerancia y el miedo, son terribles y muy difíciles de
curar. Después están las otras que magnificamos innecesariamente. Simples malos
entendidos, llamadas de atención, leves arañazos al ego, que no son más que
meros incidentes banales y diminutas bolas de nieve, acaban provocando rupturas
y aludes de reproches cuando el orgullo se impone a la razón. Una vez
reconocido y asumido el error, es innecesario tratar de justificarlo y culpar a
quien nos lo hizo ver. Todos nos equivocamos, y lo que debería avergonzarnos no
es la equivocación o el que se sepa, sino el no saber reconocerla y rectificar
a tiempo. En ningún caso está justificado aislarse o cavar trincheras. Si cada
vez que he cometido un error hubiera hecho algo parecido, aún estaría en una
isla desierta u oculto bajo tierra.
viernes, 21 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Mi pareja de hecho, la soledad, y yo, hemos solventados
ciertas discrepancias que enturbiaban nuestra relación. Pese a no ser celosa,
me exige un cierto orden en mi vida y que le dedique parte de mi tiempo. No ve
mal mis escarceos amorosos y entiende que le sea infiel de vez en cuando, pero
reivindica su espacio y, en determinados momentos, no soporta que nadie usurpe
su lugar. Ambos sabemos que somos inseparables y que la necesito más que ella a
mí. A estas horas nos gusta compartir lecturas, música y silencio, y nos sobran
terceros. Llevamos toda una vida juntos y la amo, aunque, a veces, prefiera la
compañía de otra de mi misma especie capaz de ofrecerme alma y cuerpo. En tales
casos, se va, se desvanece, pero siempre regresa sin hacerme reproches, y finge
ser mujer cuando me nota triste y se da cuenta de a quién echo de menos.
jueves, 20 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Vivimos inmersos en una vorágine de intereses, y cada cual,
en río revuelto, trata de pescar lo que buenamente puede. Mi problema es que yo
nunca he sido aficionado a la pesca, y mi único interés es vivir tranquilo y a
gusto sin complicarme en historias que ni me van ni me vienen. De modo que, lo
que me apetece es quedarme en mi torre de barro y piedras –nunca me gustaron
las de marfil-, y no emprender batallas que, de antemano, doy ya por perdidas.
“La primera vez que te engañan culpa al otro, la segunda cúlpate a ti mismo.”
El ego y la vanidad nos pierden, haciéndonos creer en imposibles. Lo que es, es
y lo que no es no es. No hay que darle más vueltas ni caer en espejismos vanos.
Ciertas relaciones son como una partida de póquer en la que cada cual aparenta
tener lo que no tiene, pero a algunos se nos da muy mal ese juego, y nada hay
más absurdo que jugar cuando sabes que ante ciertos tahúres siempre vas a
perder. Pues bien, no me interesa malgastar mi tiempo en eso. No necesito
demostrar ni demostrarme nada. A estas alturas de mi vida, detesto aparentar lo
que no soy y nunca seré. Y si me veo forzado a sentarme a la mesa, las cartas
boca arriba, y que gane el mejor o el que tenga más suerte, no un farsante.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
A falta de lo que muchos disfrutan y algunos inconscientes
no valoran, uno tiene acogedores refugios en los cuales se siente acompañado y
hasta mimado. Y como de bien nacidos es ser agradecidos, lo agradece del único
modo que puede y sabe, juntando letras o escribiendo con luz. Con la lluvia,
los amigos y algún que otro gin tonic, el día se fue sin darme cuenta. No
siempre es posible elegir la vida que nos gustaría vivir. Si pudiera, a la mía
le añadiría ciertas cosas y, ya puestos, tal vez cambiaría otras. Pero como “es
la puerta la que elige, no el hombre”, con lo que tengo voy tirando y bien. En
cualquier caso, y aunque es inevitable echar de menos a quienes no están a mi
lado, porque decidieron alejarse o ya habitan en mí, no me quejo. Tengo la
inmensa suerte de estar siempre en la mejor compañía –cerca o lejos, qué
importa-, y soy rico en amigos. Lo material carece de importancia, porque lo
más valioso, lo que en realidad cuenta, no se puede comprar.
lunes, 17 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Pertenecemos a una sociedad ambivalente y contradictoria,
que confunde especialización con
cultura. En la que se nos recomienda austeridad mientras se nos incita
al consumo. Donde la muerte es un morboso espectáculo en películas y
telediarios, mientras cada día somos más reacios a entender y aceptar la
mortalidad. Los canales de información son tantos y plurales que podemos
conocer de inmediato lo que está sucediendo en nuestras antípodas, y, sin
embargo, en ningún otro periodo de la historia estuvimos peor informados.
Concedemos una importancia desmedida al éxito, y por carecer de paciencia y
capacidad de esfuerzo, en vez del camino del mérito escogemos el atajo de la
popularidad a cualquier precio que, irremediablemente, conduce a la
mediocridad. La libertad ilimitada y sin reglas, tan atractiva para muchos, a
los más desfavorecidos los está convirtiendo en esclavos. “En un mundo de
ciegos el tuerto es el rey”, y hay muchos “tuertos” desmantelando lo que tanto
esfuerzo y sacrificios nos costó conseguir. Lo bueno es que nuestra ceguera se
curaría simplemente abriendo los ojos; y lo malo, que si tardamos mucho en
abrirlos, lo que veremos nos va a dejar helados.
domingo, 16 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
A los juntaletras nos piden que escribamos cartas de amor y
poemas, cediendo al interesado los derechos de autor. -Hombre, usted sabe cómo
decir estas cosas, nos suelta a bocajarro el enamorado de turno, y no sirve de
nada advertirle que la destinataria no es tonta, y se va a dar cuenta de que
las letras no fue él quien las juntó. Como un favor no se le niega a nadie, uno
trata de indagar cómo es ella, antes de perpetrar la misiva o los versos. Y,
créanme, si diera por cierta la descripción de la señora o señorita, pensaría
que se trata de la mismísima Venus. Lo cual complica en extremo la cuestión, porque
si enamorar a una mujer es empresa ardua y difícil, tratándose de una diosa ya
ni les cuento. Pero el osado pretendiente, que no sabe quién fue Cyrano ni
falta que le hace saberlo, insiste tanto que acabas cediendo. –Bueno, ¿y qué le
digo? -¡Y yo qué sé! El que sabe de esto es usted. Ante tamaña fe, en vez de
desengañarlo contándole que de estas cosas sabes tanto o menos que él, te
resignas y escribes lo que te ha pedido. Por supuesto que lo haces pensando en
la que a ti te importa y no en una desconocida. Quizá por eso, acabe en éxito o
en fracaso, siempre te deja una cierta amargura en el corazón.
BUENAS NOCHES
Creo que me estoy enamorando y, la verdad, no quiero. Pero
tampoco me engaño, y en el amor querer o no querer vale de poco. Por más que te
resistas, sucumbes. Nadie puede embotellar el mar ni detener el viento. Como es
inevitable recordar experiencias pasadas, ante tal posibilidad el corazón se
alboroza y el cerebro tiembla. Para colmo de males, la interesada,
supuestamente no lo sabe, y el interesado ignora cual será su respuesta.
Algunos no solo tropezamos dos veces con la misma piedra, sino que la buscamos
o nos la ponemos delante para poder tropezar con ella. Dicho lo cual, que es
tan cierto como que aquí es de noche, vamos a lo que importa. Si alguien me
preguntara en estos casos, ¿por qué nos enamoramos?, podría pasarme el resto de
mi vida tratando de explicarlo, pero la conclusión sería que ni lo sé ni me
importa saberlo. Simplemente sucede, y qué yo sepa, nadie se plantea si
respirar o no, o la composición química del agua cuando la sed lo impulsa a
beberla. Tampoco se me ocurre la razón por la cual la elegida es esta y no
aquella, ni el por qué no evaluamos previamente los pros y los contras de una
decisión que puede salvarnos o arruinarnos la vida. Sentirlo o no sentirlo, esa
es la cuestión. Si lo sientes arriésgate, aún sabiendo que apuestas todo cuanto
eres y tienes a una sola carta. Peor que perder es no apostar y quedarte con la
duda de si esa carta te habría hecho ganar la mayor de las riquezas.
sábado, 15 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
¿Y si no fuera cierto? Desde que me hice esta pregunta por
primera vez, allá en la adolescencia, hasta hoy que me la hago varías veces al
día, sigo abriendo el amplio y oscuro abanico de dudas e incertidumbres sin
resultado alguno, porque nada ni nadie puede garantizarnos que lo que en este
preciso instante es, no deje de
serlo en pocos segundos, y ni siquiera que ese “es”, tan contundente y
tranquilizador, no sea un mero espejismo. Pero necesitamos apoyarnos en algo y
es casi inevitable creer en ello, aunque luego se hunda bajo nuestros pies.
Nuestras vidas no son ecuaciones matemáticas que, de un modo u otro, podamos
resolver con exactitud. Además de la nuestra hay otras voluntades en juego y,
cómo no, el caprichoso azar haciendo de las suyas. Por eso prefiero más
improvisar que planificar las cosas, sobre todo cuando el resultado no depende
sólo de mí. Lo improbable me excita, lo probable me acaba agobiando, y no hay
nada seguro. Ante tanto ¿y si no fuera cierto?, no queda otra que asumir el
riesgo y quitarle el “no” para seguir viviendo.
viernes, 14 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
A ver, ya me hice un lío. Resulta que no hay que mirar a los
ojos sino al alma, ¿y si el alma no se asoma a ellos, dónde podré verla? Otros
me dicen que no hay que hacer caso de los mitos y que lo importante son las
palabras. Pero si alguien no sabe o no se atreve a expresar lo que siente,
puede pasarse horas y horas hablando, perdiendo el tiempo en agotadores rodeos
y sin decir apenas nada. Cuando acabamos con el “dilo tú primero”, “no me
atrevo”, “no estoy seguro”, “sí, pero…”, el lenguaje no verbal puede ayudarnos
a salir del atascadero. En tales casos saber leer en los ojos del otro el amor
o el deseo, es el mejor medio de despejar dudas y superar el miedo al fracaso.
No domino ese lenguaje, y al igual que a algunos les cuesta juntar letras, a mí
me resulta difícil y complicado entenderlo. Cuántas veces he tenido que oír
aquello de: ¿no te das cuenta, no ves cómo te mira? Y yo sólo veo que me está
mirando, pero ni sé ni me atrevo a interpretar el “cómo”. En fin, que soy
analfabeto.
jueves, 13 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
La biografía de todo ser humano se compone de dos historias,
la real y la que pudo ser. Si fuera posible escribir las dos, tal vez nos
definiría mejor la segunda que la primera. La historia de lo que pudimos hacer
y no hicimos, por más que pueda parecer superflua, es mucho más amena e
interesante. Ir o no ir a determinado sitio, conocer o no a cierta persona,
hablar o callar en un determinado momento, puede, para bien o para mal, –nunca
lo sabremos-, alterar el resto de nuestra vida. Estamos obligados a tomar
decisiones, a elegir, y al hacerlo predeterminamos nuestro futuro. Quienes
creen en el destino y afirman que lo que sucede es porque tenía que suceder,
olvidan que gozamos de libre albedrío, y que lo único inevitable es el hecho de
que un día moriremos. El resto depende de nosotros. Merecerá la pena o no, será
más o menos difícil y costoso, pero nada es imposible. Si sabes lo que quieres
y tienes voluntad suficiente, querer es poder. Más complicado que conseguirlo
es acertar en la elección. Pero, en cualquier caso, preferible equivocarse o
perder, a no intentarlo. Hagan memoria, y verán como son capaces de recordar
algún capítulo de su historia del “pudo ser y no fue”.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Es significativo que el tiempo que tanto nos desgasta
físicamente, a la vez nos vaya enriqueciendo el espíritu. ¿Acaso nos prepara
para lo que vendrá después? Ni yo ni nadie puede responder a esto, y el único
argumento de quienes se empeñan en afirmarlo o negarlo es la fe. Hace años un
cura me dijo: “Prefiero los ateos a los agnóstico como tú. Al menos ellos
arriesgan sus almas, y acabaran en el infierno. Ustedes son unos pusilánimes
que ni creen ni no creen, e irán al purgatorio. Pero si de mí dependiera, irían
todos al infierno.” Espero que no dependa de él. Aunque esté en total
desacuerdo, valoro mucho la sinceridad de aquellos a los que les importa un
bledo ser políticamente correctos, y dicen lo que piensan sin preocuparse de si
va a gustar o no. Por supuesto no creo en premios ni condenas eternas, y dudo
que exista el paraíso, el infierno y el purgatorio, pero respeto a quienes lo
creen. Aquel cura, que además de sacerdote era y se sentía militar, nunca
intentó convertirme. A pesar suyo me tenía cariño, y, sin pesar ninguno, yo se
lo tenía a él. En estos días en los que ando algo más confuso y escéptico de lo
habitual, disfruto aún más de la amistad y la compañía de los que siempre dan
la cara y hablan mirándome a los ojos. Porque las máscaras, comedias y segundas
intenciones son esperpénticas y cansan.
martes, 11 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Me gusta viajar por la acharolada piel de interminables serpientes
bañadas de luz. Dejando atrás lugares en los que nunca he estado ni estaré. Sin
tener claro a donde quiero ir ni cuando voy a parar. Hombre y máquina, como un
centauro desbocado que atraviesa veloz la noche sin propósito alguno, por el
mero placer de correr y alejarse. De pronto, el horizonte comienza a blanquear
y al poco, sangra. Entonces, el centauro, cansado y jadeante, se detiene a ver
amanecer. Después, solo o acompañado, con o sin beso de buenos días, regreso a
casa con la estimulante y placentera certeza de estar vivo y ser dueño absoluto
de mi vida.
lunes, 10 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Aunque muchos crean que son sinónimos, hay mucha diferencia
entre los verbos amar y querer. La principal es que en el centro del amor suele
estar la pasión, que es un volcán activo, majestuoso y temible a la vez, y el
cariño suele ser un valle llano y tranquilo, con menos sobresaltos y sorpresas.
Con demasiada frecuencia el deseo, los celos y la nefasta creencia de que
podemos llegar a poseer a quien amamos, nos nublan la razón. Nadie puede, ni es
lícito, adueñarse de otro ser humano, por mucho que el lenguaje amoroso dé a
entender que sí. Además, partimos de una premisa errónea, la de necesitar al
otro. Una cosa es que quieras y te guste estar con determinada persona, y otra
que la necesites. La necesidad crea dependencia, y depender de alguien nos
impide ser libres, y sin libertad somos hojas a merced del viento. Va siendo
hora de replantearnos ciertos comportamientos y actitudes que damos, más que
por buenos por irremediables desde el principio de los tiempos. Ya sé que es
complicado cambiarlos de la noche a la mañana, pero cuanto antes empecemos,
mejor. Porque de nada sirve hablar de libertad sexual y de tolerancia, mientras
todo siga basado en los mismos cimientos de antaño. Seguramente para nosotros
sea ya un poco tarde, pero otros recogerán lo sembrado.
sábado, 8 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Esta noche de nuevo se me presentó Borges con sus senderos
que se bifurcan. Uno la calle en la que
no sabes a donde ir ni con quien vas a encontrarte. El otro la casa en
la que te aguarda la soledad. Entre estar solo rodeado de gente, y estarlo
entre libros y fantasmas que me resultan familiares, escogí lo segundo. La
única compañía grata y aceptable a estas horas es aquella de la que yo carezco.
Y no vale de nada echar de menos lo que no te has sabido ni te sabes ganar.
Como diría don Mario: “la culpa es de uno cuando no enamora, y no de los
pretextos ni del tiempo.” En determinados momentos cambiaría todo lo que tengo
por lo que algunos tienen y ni siquiera saben valorar. Pero las cosas son como
son y no como nos gustarían que fueran. Tanto juntar letras y cuando de verdad
me apetece y necesito decir algo, no se me ocurre nada. Y cuando se me ocurre,
ya no hay nadie que lo pueda escuchar. Pues bien, a resignarse a lo que pudo
ser y no fue, a otra noche en la que el tiempo se me hará eterno, a soñar con
quien no está. Y lo peor es la duda de si todo esto es inevitable o es culpa
mía el que no se dé. Ahora mismo la luna, los jazmines, el grillo Vivaldi y el
oporto, me traen sin cuidado. Para que se me entienda: daría mi reino no por un
caballo, sino por un minuto escaso de realidad.
viernes, 7 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
En este mundo hay infinidad de cosas que nos están vedadas.
Algunas las conocemos, otras no. Las que nos vedan personas o circunstancias y
aquellas que nos vedamos nosotros mismos, es posible que un día se vuelvan
asequibles. Quienes no desean vernos más (o nosotros a ellos), los problemas
que somos incapaces de resolver, los lugares donde no queremos o no debemos
regresar, son como bolas que giran en el bombo del azar, sin que sepamos cuál
de ellas acabará pariendo ese oscuro y caprichoso vientre, fuente de
bendiciones y desgracias. Todos, en mayor o menor medida, padecemos esto. Y las
opciones, dependiendo de cuánto nos importa, son aceptarlo o rebelarse, porque
la indiferencia, en tales casos, sólo enmascara la cobardía. Detesto las
prohibiciones, no me gusta prohibir ni que me prohiban nada, pero sé que para
mí están vedadas ciertas personas, ciudades, calles, casas, plazas, cafeterías,
páginas. Entristece, indigna y conmueve saberlo, aunque el respeto, la dignidad
y el sentido común obliguen a aceptarlo. El maestro Borges, lo expresó muy bien
en su poema 1964: “Sólo me queda el goce de estar triste,/ esa vana costumbre
que me inclina/ al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.”
martes, 4 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
“Pobre cuerpo, inocente animal tan calumniado: tratar de
bestiales sus impulsos, cuando la bestialidad es cosa del espíritu”. (Luis
Cernuda, “Posesión”).
No entiendo la obsesión de algunos por atribuirle al cuerpo,
a lo carnal, todo lo malo, infecto y pecaminoso de este mundo. Como si la
oxitocina y la testosterona fueran algo así como gas mostaza. Mero puritanismo
e hipocresía que acaban convirtiendo lo natural en algo reprobable que se debe
reprimir y ocultar. Uno se harta de tanta represión y doble moral. Lo que la
mayoría hacen en privado, después van y lo condenan en público, poniendo a los
pies de los caballos a quienes no les da la gana de ir por la vida fingiendo,
ni son partidarios del celibato. Quien tiene apetito, que coma; quien tiene sed,
que beba; y si necesita sexo y encuentra con quien practicarlo libremente, que
lo practique. Otra cosa son el amor y la relación de pareja. La fidelidad en
tales casos, siempre que sea acordada entre las partes y no impuesta por
prejuicios y tabúes sociales o religiosos, está muy bien. En un mundo en el que
la violencia, la rapiña y el hambre hacen estragos, escandalizarse o condenar a
alguien por cuando o con quien se acuesta o se levanta, tal vez no sea pecado,
pero sí una estupidez.
lunes, 3 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
Esta noche deseo pasarla conmigo a solas, sin echar de menos
a nadie. Antes de andar en travesías transoceánicas solía leer en la cama hasta
que el sueño me acababa venciendo. Libro y lector dormíamos juntos, cada uno en
lo suyo y sin incordiarnos. Quién sabe si los libros, cuando están cerrados,
sueñan con historias distintas a las que se ven forzados a repetir si alguien
los abre. Son tantas las cosas que uno ignora. Tal como les decía, me apetece
tumbarme, leer un rato, y quedarme dormido hasta que el sol acuda a
despertarme. En el bosque estaré en mi olivo; acá en un cuarto, rodeado de
libros, en el que tengo todo cuanto necesito. Lo único que me falta para que la
noche sea perfecta, es aquel grillo que acudía bajo mi ventana a interpretar
fragmentos de Vivaldi. Como la perfección no existe, hoy no vendrá: Tendré que
resignarme. En cuanto a ustedes, si no les apetece detenerse aquí, sigan de
largo, pero no se acuesten muy tarde. Ya saben, aunque la conversión dure muy
pocas horas, lo pesados que somos los conversos.
domingo, 2 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
De esta leyenda hay varias versiones; la que voy a contarles
es mi preferida.
Resulta que la ninfa Liríope tuvo un hijo, y preocupada por
su futuro consultó a un vidente, el cual le aseguró que el joven viviría muchos
años mientras no se conociera a si mismo. Hasta aquí todo bien, ya que si la
única condición fuera esa, todos viviríamos tantos o más años que Matusalén.
Pero cuando hay ninfas y diosas de por medio, nunca se sabe. Narciso, que así
se llamaba el hermoso joven, gustaba de cazar ciervos en el bosque, y, Eco, una
ninfa que andaba por allí, se enamoró de él. En fin, cosas que pasan. La tal
Eco había sido maldecida por Hera, la esposa de Zeus, a solo poder repetir lo
que otros decían, y no pudo comunicarse con Narciso hasta que el joven, le
preguntó al oírla llegar, ¿quién está ahí?, a lo que Eco sólo pudo responderle,
¿quién está ahí? Harto de que ella le contestara lo mismo que él le preguntaba,
Narciso la dejó plantada en medio del bosque. La pobre Eco se quedó sola para
siempre y nunca conoció el amor. Lo malo es que el muchacho, que era
excesivamente vanidoso, rechazó a algunas más, y una de ellas no se resignó
como las otras, y pidió a la diosa Némesis que lo castigara. De modo que esta
le hizo sentir mucha sed, y cuando fue a beber a un arroyo y vio su imagen
reflejada en él, se enamoró de si mismo, y por no dañar su reflejo ni dejar de
mirarse, acabó muriéndose de sed. Se cuenta que entonces intervino su madre, y
al morir se convirtió en flor. Bueno, ya saben de dónde proceden los
narcisos.
sábado, 1 de noviembre de 2014
BUENAS NOCHES
A las diosas se las adora y se las teme, pero, ¡Ay de aquel que se
aventure a amarlas! ¿Puede un simple mortal enamorar a una deidad? Todo apunta
a que sí, porque el amor no cede ni se frena ante nada ni ante nadie. Y aquí y
ahora, como en la antigua Hélade, hasta lo más peregrino e inimaginable puede
suceder. Algunas de aquellas divinidades continúan entre nosotros, y aunque
habitan en cuerpos de mujer, sus poderes y su belleza son los mismos de antaño.
Si te miran y te sonríen estás perdido, porque tan fácil es sucumbir a sus
encantos, como imposible olvidarlas después
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