lunes, 17 de noviembre de 2014

BUENAS NOCHES


Pertenecemos a una sociedad ambivalente y contradictoria, que confunde especialización con  cultura. En la que se nos recomienda austeridad mientras se nos incita al consumo. Donde la muerte es un morboso espectáculo en películas y telediarios, mientras cada día somos más reacios a entender y aceptar la mortalidad. Los canales de información son tantos y plurales que podemos conocer de inmediato lo que está sucediendo en nuestras antípodas, y, sin embargo, en ningún otro periodo de la historia estuvimos peor informados. Concedemos una importancia desmedida al éxito, y por carecer de paciencia y capacidad de esfuerzo, en vez del camino del mérito escogemos el atajo de la popularidad a cualquier precio que, irremediablemente, conduce a la mediocridad. La libertad ilimitada y sin reglas, tan atractiva para muchos, a los más desfavorecidos los está convirtiendo en esclavos. “En un mundo de ciegos el tuerto es el rey”, y hay muchos “tuertos” desmantelando lo que tanto esfuerzo y sacrificios nos costó conseguir. Lo bueno es que nuestra ceguera se curaría simplemente abriendo los ojos; y lo malo, que si tardamos mucho en abrirlos, lo que veremos nos va a dejar helados.

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