Las enfermedades del alma son más complicadas y difíciles de
curar que las del cuerpo. Primero, porque el alma humana continua siendo un
enigma; y segundo, porque cada una es distinta y la ciencia fracasa ante
aquello que no se presta a generalizaciones ni se deja analizar. Si en lo
material y temporal hay un sin fin de cuestiones aún por resolver, al referirnos
a algo inubicable e inmortal todo son dudas y preguntas, sin una sola certeza o
respuesta . En ciertos casos, la única medicina que puede curarla es el amor.
Pero sólo cuando es auténtico, y no los placebos al uso con los que nos solemos
engañar. ¿Y cómo podemos distinguir al verdadero del falso? No tengo ni idea.
En mi caso siempre me doy cuenta tarde, cuando el daño está hecho y de nada
sirve arrepentirse o rectificar.
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