martes, 11 de noviembre de 2014

BUENAS NOCHES

Me gusta viajar por la acharolada piel de interminables serpientes bañadas de luz. Dejando atrás lugares en los que nunca he estado ni estaré. Sin tener claro a donde quiero ir ni cuando voy a parar. Hombre y máquina, como un centauro desbocado que atraviesa veloz la noche sin propósito alguno, por el mero placer de correr y alejarse. De pronto, el horizonte comienza a blanquear y al poco, sangra. Entonces, el centauro, cansado y jadeante, se detiene a ver amanecer. Después, solo o acompañado, con o sin beso de buenos días, regreso a casa con la estimulante y placentera certeza de estar vivo y ser dueño absoluto de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario